De forma recurrente algún medio lanza la pregunta de marras, ¿está usted a favor de que se hagan controles de alcoholemia a los ciclistas? Existen otras versiones como, ¿se debería multar más a los ciclistas? La respuesta a estas preguntas es compleja, como la inmensa mayoría de las cuestiones sociales, y no se solventa con una encuesta con opciones sesgadas ni con respuestas rápidas.
Según dicen, los ciclistas somos un colectivo muy incumplidor, «que nos saltamos muchos semáforos», y al que se sanciona poco. Es cierto, incumplimos mucho con el tema semáforos, tal y como hacemos todos cuando vamos andando. Pero se olvida que los conductores son muy incumplidores también: circulan con exceso de velocidad, no ceden el paso en los pasos de cebra o cuando giran con semáforo en ámbar, estacionan en doble fila o donde no se debe, tocan el claxon sin que exista un motivo de emergencia, adelantan a ciclistas sin dejar la suficiente distancia de seguridad… No son especialmente infractores saltando semáforos, pero cuando lo hacen suele ser a bastante velocidad, siendo esto muy peligroso.
A la vista está que las personas somos relativamente incumplidoras independientemente del vehículo que utilicemos (muchos utilizamos varios) y, lo más interesante, el tipo de infracciones que cometemos depende del vehículo (o del no vehículo). Porque en el fondo, nuestras acciones vienen precedidas de una valoración del riesgo al que nos exponemos y exponemos a terceros. Cuestión aparte es si esta valoración de riesgo suele ser acertada y a la vista está que no lo es cuando un conductor adelanta a un ciclista a dos palmos o pasa por un paso de cebra no regulado por semáforo y con mala visibilidad a 40 km/h; o cuando un viandante o un ciclista se saltan el semáforo de una gran avenida con mucho tráfico.
Por todo lo anterior, dejemos de perder el tiempo discutiendo cuestiones estúpidas sobre la integridad moral de los grupos de personas que no harán que las ciudades sean más seguras y mejores. Enfoquémonos en los vehículos y en el análisis de riesgos.
Una bicicleta pesa 14 kg y alcanza velocidades en torno a 30 km/h. Un coche tiene una masa de 1400 kg (o más) y alcanza velocidades de 50 km/h por la ciudad y superiores. Por una razón física (científica), un coche es unas 65 veces más potencialmente peligroso que una bicicleta (cálculos realizados comparando la energía cinética de ambos vehículos con ocupante de 75 kg, velocidad bicicleta 20 km/h y velocidad coche 40 km/h).
¿No me creéis? Vamos a revisar la realidad con artículos de prensa y plantearé algunas preguntas retóricas.
- ¿Alguna vez habéis oído que una bicicleta sin control se suba a una acera, arrolle a bastantes personas y mate a varias? 1 fallecida y 17 heridos al estrellarse una moto sin control. Un taxista invade la acera y se lleva por delante a tres personas en Atocha.
- ¿Habéis escuchado alguna vez que un ciclista haya arrastrado a un peatón durante bastantes metros? Un coche atropella a un hombre y lo arrastra 70 metros.
- ¿Habéis escuchado que la colisión entre una bicicleta y una moto haya terminado con varias personas heridas, entre ellas un niño de 8 años muy grave que no se sabe si volverá a andar y otra que atravesó el escaparate de una tienda? Seis heridos en otro grave accidente al irrumpir un coche en la acera.
- Atropello múltiple (resultados búsqueda Google). A ver cuántas bicicletas encontráis.
- Y, por supuesto, no estoy negando que un ciclista pueda atropellar y matar porque es algo que también se ha visto. Un ciclista atropella y mata a una mujer.
Hay diferencias más que notables entre la peligrosidad de los vehículos motorizados y las bicicletas. Lo dice la física y lo dice la realidad. Por lo tanto, no tiene las mismas implicaciones morales sentarse borracho al volante que subirse borracho a una bicicleta, o saltarse un semáforo como conductor o como ciclista. Lo repito en modo Mariano Rajoy: no es lo mismo o, dicho de otra forma, es diferente.
La bicicleta no es como cualquier otro vehículo. No es como una moto, no es como un coche, no es como una furgoneta, no es como un autobús, no es como un tractor… ¡Basta de usar esta falacia! Sin ningún género de duda, el peligro en la ciudad son los vehículos motorizados (por su peso y velocidad) y hay personas interesadas en que no se hable de ello. No les hagamos el juego.
Habiendo dicho lo anterior, cerremos el círculo. ¿Deberíamos multar a los ciclistas? Claro que sí, con multas justas y proporcionales, pero no con las actuales que equiparan a ciclistas con conductores de vehículos motorizados.
Recomiendo leer lo que dice al respecto del régimen sancionador a ciclistas la Red Ciclojuristas, constituida por abogados, profesores de Universidad, letrados del Tribunal Constitucional y letrados de Las Cortes Generales y de Parlamentos Autonómicos interesados en la promoción de la bicicleta como medio de desplazamiento urbano e interurbano. El régimen sancionador para los ciclistas es desproporcionado – Ciclojuristas
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