Smart city – Really?

Smart guy with nigh vision

De momento este es el segundo artículo dedicado a las ciudades inteligentes y la bilis no tiene pinta de estar acabándoseme. El primero fue Smart-jetas. ¡Léanlo!

La inteligencia

Mientras la sociedad, aparentemente, aprecia valores como la honestidad y la inteligencia, las urnas demuestran lo contrario. Tomen de ejemplo el Brexit en UK, la victoria de Donald Trompeta en EEUU, de Berlusconi en Italia o de Mariano el Percebe en España. Los hechos ya no importan, hemos entrado en la era de la post-verdad. La inteligencia es (¿era?) un valor positivo. A todos nos gusta sentirnos inteligentes. Serlo es otra cosa porque conlleva esfuerzo. La inteligencia, o la apariencia de ella, nos seduce.

Joe Dator NewYorker Facts - Don't matter. Los hechos no importan - Lo siento Jenny, tu respuesta fue correcta, pero Kevin gritó su respuesta incorrecta por encima de la tuya, así que él se lleva los puntos.
Los hechos no importan – Lo siento Jenny, tu respuesta fue correcta, pero Kevin gritó su respuesta incorrecta por encima de la tuya, así que él se lleva los puntos. Joe Dator – The New Yorker.

Los publicitas y los ideólogos neoliberales no son tontos. Su éxito depende de nuestra miseria.  Saben exactamente que teclas tocar en las personas para que consuman lo que ellos quieren o para que les den su apoyo. ¿Crees que eres libre? ¡Si hasta usan la neurociencia para venderte mejor la moto! Cátedra Heineken UPV de neuromarketing (UPV). La Universidad Politécnica de Valencia siempre a la vanguardia en vender su alma al diablo.

Una de las herramientas de manipulación en marketing y política es la tergiversación del lenguaje para ocultar la verdadera naturaleza de las cosas. Despido en diferido y lo demás ya tal. Ya no te venden un simple teléfono, te venden un Smartphone con más potencia de cálculo que la nave que llevó a los astronautas a la Luna (Youtube). Nos idiotizan con la smart tv. No es sólo que para vender le añadan al producto el adjetivo inteligente, es que además te lo ponen en inglés porque ya se sabe que somos muy paletos y un par de palabras en la lengua de Shakespeare (Youtube) nos deslumbran.

Hoy por hoy, se le está dando mucho bombo a la smart city o ciudad inteligente. Suena cool y por fuerza tiene que ser algo bueno, ¿no?

En la smart city todo es inteligente. Hasta mis pelotas.
En la smart city todo es inteligente. Hasta mis pelotas (smart balls).

Smart city

Las ciudades son sistemas muy complejos. En ella habitan cientos de miles de personas que a diario se desplazan y consumen materiales y servicios. En las ciudades hay que gestionar suministros de agua, luz, gas, recogida de basuras, sistemas de alcantarillado, movimiento de mercancías, gestión del tráfico, gestión de sistemas de emergencia (policía, bomberos, ambulancias), mantenimiento de infraestructura y edificios públicos, iluminación, mantenimiento de jardines y parques… Y muchísimo más.

Las smart cities aprovechan los avances de las tecnologías de la información y comunicación para generar grandes cantidades de datos cuyo análisis, en tiempo real o pasado, pueden facilitar la gestión y hacerla más eficiente en términos de tiempo, consumo energético y de materiales. Todo bien.

PERO las tecnologías de la información son una herramienta al servicio del ser humano. Son personas, políticos y gestores los que deciden con qué fines y bajo qué ideología se utiliza la tecnología. ¿Se aplica la tecnología con el fin de hacer una ciudad más eficiente, más justa, democrática o accesible? ¿Se aplica con el fin de priorizar la fluidez del tráfico a motor o del tráfico de bicicletas? ¿Se aplica para conocer nuestros hábitos de consumo y fomentar la compra compulsiva? ¿Se utiliza para controlar, distraer y someter al ciudadano?

Imbéciles con smart phone en la smart city. Ciudadanos satélites de una pantalla que renuncian al pensamiento propio.
Todos con smart phone en la smart city. Ciudadanos satélite de una pantalla que renuncian al pensamiento propio.

Al respecto de la movilidad, Marius Navazo, autor al que admiro y recomiendo, dice en 10 MITOS sobre movilidad urbana (9/10): la movilidad es una cuestión eminentemente técnica (Laciudadviva):

La movilidad se ha revestido de gran complejidad y hasta de cierta cientificidad a través de modelos de simulación del tráfico, análisis coste beneficio, estándares dotacionales y estudios de demanda. Todo ello con gran profusión de datos numéricos y gráficos que muestran informaciones de todo tipo. Ante tanta complejidad, ¿quién es el valiente que se atreve a opinar? Parece que éste sea un tema sobre el que sólo los algoritmos y los cálculos de capacidad puedan proponer y pontificar.

Pero nada más lejos. La movilidad urbana se da sobre un recurso finito y colectivo: el espacio público. Y la decisión sobre a qué modos de transporte (peatones, bicis, transporte colectivo y coches/motos) y a qué usos urbanos (movilidad, juego, encuentro, paseo, etc.) destinamos este recurso finito y colectivo tiene bien poco de técnico y mucho de ideológico. ¿O es que alguien piensa que un algoritmo es capaz de decirnos si una calle debe ser para que los niños jueguen? ¡Afortunadamente no!

Los objetivos honorables de la smart city serían:

  • Un desarrollo sostenible.
  • Un incremento de la calidad de vida de los ciudadanos.
  • Una mayor eficacia de los recursos disponibles.
  • Una participación ciudadana activa.

¿Se consiguen? ¿O por lo contrario las nuevas tecnologías sirven a mantener o incluso reforzar el actual estado de las cosas? Las tecnologías de la información se están aplicando en la ciudad según el bussiness as usual (Wikipedia). Se reviste de sostenibilidad y mejora de la gestión cuando a lo que sirve es a los intereses del mercado y a la ideología dominante.

Algunos ejemplos

Como me interesa la movilidad me voy a centrar en ella. Voy a mostrar algunos ejemplos que se englobarían bajo el marco de la smart city y a argumentar cómo algunas herramientas no contribuyen a mejorar la ciudad ni nuestra calidad de vida, sino a persistir en el modelo del coche para todo.

Gestión del tráfico en tiempo real
Las soluciones en este sentido tratan de facilitar al conductor la información en tiempo real del tráfico, así como gestionar las incidencias en carretera, las zonas en obras, el timing de los semáforos y la señalización, entre otras. A esto hay que sumar la actualización de los mapas, las recomendaciones sobre las rutas óptimas en términos de tiempo o de distancia así como los consejos para favorecer conductas ecológicas al volante que minimicen el impacto de los vehículos en el medioambiente. – Ecointeligencia

Si todos estos idiotas cogieran el bus yo ya estaría en casa.
Si todos estos idiotas cogieran el bus yo ya estaría en casa.

Es innegable que la gestión del tráfico en tiempo real responde al objetivo de conseguir la máxima fluidez de los vehículos a motor y no es sino una forma de facilitarle la vida al usuario del coche. Por lo tanto, la gestión en tiempo real del tráfico no desincentiva el uso del vehículo privado a motor sino que provee de información para que el conductor tenga una experiencia todavía mejor, por ejemplo, libre de atascos.

Existen multitud de aplicaciones para el móvil que nos dan información sobre el estado del tráfico para escoger la mejor ruta. La APPValencia, del Ayuntamiento de Valencia, sin ser una aplicación específica para ver el estado del tráfico informa sobre ello en el lugar más preferente. Penoso.

AppValencia menú. En lugar preferente el estado del tráfico.
AppValencia menú. En lugar preferente el estado del tráfico.

Gestión de aparcamientos
Se ha estimado que reducir la media de tiempo necesario para estacionar un vehículo de 15 a 12 minutos puede reducir en 400 toneladas las emisiones de CO2 en una ciudad como Barcelona. Según otro estudio, se estima que hasta el 45 % del tráfico en Manhattan es generado por coches que están dando vueltas para buscar una plaza de aparcamiento. En San Francisco un servicio ofrece información sobre la disponibilidad de plazas de garaje en tiempo real a través de una aplicación para Smartphone que permite consultar los parkings libres y su precio. – Ecointeligencia

Una vez más, ofrecer información al usuario del coche para que aparque más fácilmente en la calle no desincentiva el uso del coche. Más bien al contrario, le provee de una herramienta que hace su vida más fácil por lo que seguirá optando por este medio de transporte.

En Valencia se puede usar la aplicación Telpark con el beneplácito del Ayuntamiento de Valencia. Se trata de una app para renovar el ticket de parking de la zona azul (O.R.A.). Para el que no lo sepa, en la zona azul hay un límite de recarga de 2 horas de tiempo. En teoría, eso obliga al conductor a planear su estancia y a hacer sus gestiones rápido y marcharse. Se hace con la intención de favorecer el parking de rotación en detrimento del de larga estancia. Tener que volver a poner el ticket genera una pequeña molestia al conductor y es un incentivo para que organice sus gestiones y se vaya o para que decida acercarse a la zona por otros medios.

La aplicación Telpark elimina totalmente la limitación a 2 horas puesto que permite renovar el ticket en cualquier lugar. Con lo cual, ya no se fomenta el parking de rotación. ¿Smart o no? ¿A quién sirve y a quién beneficia la aplicación Telpark? ¿A la movilidad sostenible? ¿A dejar el coche aparcado en casa y moverse activamente? ¿Al que no se bajaría del coche ni para cagar (Youtube)?

Gestión de la explotación del trabajador
Pongo un último ejemplo no relacionado con la movilidad. Se trata de una noticia al respecto del crecimiento de las aplicaciones para ofrecer trabajo con contratos por días u horas. ¿En qué ayuda al trabajador y que tipo de estabilidad laboral le da que se potencien las contrataciones por días u horas? Estas aplicaciones son smart para beneficiar al empresario que quiere trabajadores a demanda pero perjudican al trabajador asalariado.

Reflexión

He traído sólo tres ejemplos, pero podríamos ampliar la lista. La tecnología siempre se pone al servicio de unos objetivos y de una ideología. La aplicación de la informática y las telecomunicaciones no son garantía por sí mismas para garantizar mejoras en nuestra calidad de vida, en la sostenibilidad medioambiental o en la democracia. Más bien al contrario, pueden convertirse en herramientas de control y opresión en manos de quienes tienen poder, medios e interés.

Cuando nos hablen de smart city o smart mobility debemos ser cautos y ser capaces de ver a quien benefician en última instancia. Si la ciudadanía no se mantiene alerta seguro que beneficiarán a las grandes empresas y servirán para mantener el statu quo.

Quizá os interese el libro “Cartografía de la ciudad capitalista”. Podéis descargarlo en PDF.

Anécdota final

He buscado algunas imágenes en internet con las palabras smart+city. Deléitense con las calles, avenidas y autopistas que se ven en las imágenes. Después de las fotos cito una anécdota que es posible que conozcáis de otros artículos. Si fuera el caso obviarla.

Coches y asfalto por doquier.
Coches y asfalto por doquier.
Gran avenida y un poco de verde que siempre nos mola. ¿Apetece picnic en la medianera?
Gran avenida y un poco de verde que siempre nos mola. ¿Apetece picnic en la medianera?
¿Notáis el progreso? ¿Lo smart de la movida?
¿Notáis el progreso? ¿Lo smart de la movida?
Aquí de nuevo encontramos verde y han dibujado edificios delirantes para dar la idea de progreso e inteligencia. A nivel de calle el espacio sigue tomado por los coches. Ni un solo peatón en la ciudad inteligente.
Aquí de nuevo encontramos verde y han dibujado edificios delirantes para dar la idea de progreso e inteligencia. A nivel de calle el espacio sigue tomado por los coches. Ni un solo peatón en la ciudad inteligente.
Supongo que esta mierda pinchada en un palo lo es porque tiene geometría circular, obliga a ir a todos lados en coche y porque no se ve un alma. Es inteligente porque los ciudadanos están trabajando, consumiendo o idiotizándose delante de una pantalla.
Supongo que esta propuesta es inteligente porque tiene geometría circular, obliga a ir a todos lados en coche y porque no se ve un alma. Es inteligente porque los ciudadanos están siempre trabajando, consumiendo o idiotizándose delante de una pantalla.

La anécdota es un texto de Diego Ortega, antropólogo y miembro del Col·lectiu Xunsa, que en una ocasión acudió a unas jornadas en la UPV sobre la ciudad inteligente. Precisamente Diego es autor, junto a otro, del capítulo cuarto del libro anterior. Las negritas son mías.

Desde hace un tiempo la palabra innovación se enarbola como bandera de cambio. Desde hace un tiempo el capitalismo necesita de un cambio. Y es que, como se decía en El Gatopardo, “si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”.

Durante la tesis acudí a unas jornadas en la UPV tituladas “nuevas vías de circulación seguras, inteligentes y sostenibles”. Especial ciudades inteligentes. En la conferencia inaugural habló el responsable de innovación de Vodafone. Su intervención fue espectacular. Para su disertación utilizó la película Avatar como metáfora de lo que ha de ser una gestión de la ciudad. En concreto hablaba del centro de control  de Pandora (bajo el mando de los humanos) como el lugar idóneo desde el que controlar todo lo que ocurre en la ciudad (sensores, cámaras…) y actuar al respecto (mas policía para la fluidez del tráfico, regulación semafórica prioritaria para dar fluidez al tráfico…). Cumplir este sueño, su sueño recordemos, requiere de un gran gasto energético y de materias primas para cubrir toda la ciudad con la tecnologías asociada al Big Data (coltán, cobre, silicio, etc.). Lo curioso del tema es que utilizara esta película para hablar de la ciudad verde y sostenible pues precisamente lo que iban hacer los humanos desde su centro de Pandora era reventar el planeta Avatar.

El resto de las ponencias fueron en esta línea. Todo era tecnología y bancos de datos, carreteras y velocidad. Que si controlar el peso de los camiones que circulan por la ciudad, que si nuevas tecnologías para saber lugares de aparcamiento, que si semáforos inteligentes con sensores para ver si hay peatones… En fin de todo menos poner limitaciones al coche. Creo que toda esta visión tecno-cultural de la movilidad innovadora queda muy bien reflejada en este fragmento del jefe de servicio de tecnologías de la Fundación InnDEA Valencia, una entidad promovida por el Ayuntamiento de Valencia:

“Para nosotros la gestión del tráfico en Valencia puede ser considerada como excelente. No lo decimos nosotros los datos nos abalan. Somos la segunda gran ciudad de Europa casi con menos congestión de tráfico. En Valencia fue donde inicialmente se creó el primer centro de gestión del tráfico por allá de 1970 y yo creo que un poco lo que estamos pretendiendo ahora con la ciudad inteligente es ni más ni menos que iniciar esa misma evolución que se tuvo entonces con la implantación de sistema inteligentes de tráfico y transporte pero no solo al ámbito de la movilidad sino también al ámbito de la ciudad. Entonces yo lo que querría es que fuéramos capaces de trasladar a toda la gestión de  la ciudad pues esto mismo que ya se inició en su día en el ámbito del trafico […] Una ciudad es muy inteligente si tiene un liderazgo inteligente, si gestiona muy bien la gestión relacional, quiero decir que si trata como estamos haciendo hoy con otros elementos con universidades, con empresas tecnológicas, con distritos tecnológicos, etc. tiene en cuenta todo lo que hacemos todos y al final pues toma decisiones también estratégicas que hacen que las ciudades sean inteligentes. Yo me harto de decir que una de las cosas que más inteligente alguien ha pensado sobre Valencia es hacer que en su día no creciera más de entre 800.000 o un millón de habitantes y gente que tomó ciertas decisiones, sobretodo en movilidad, que nos permiten que hoy por hoy Valencia la podamos seguir cruzando en 25 minutos de norte a sur y de este a oeste. Esas decisiones, esas rondas norte, rondas sur y aspectos de movilidad estratégicas de urbanismo también son muy importantes y aquí aplican menos las TIC y lo que aplican es escuchar a los que saben a quién nos puede decir por donde tenemos que ir y a tomar decisiones de largo recorrido. Y nada más que decir. Muchas gracias.”

Smart guy
Smart guy. A este tío habría que darle una paliza. Sin más.

De feminismo y ciclismo urbano

Ana Penyas - buscando un sitio.

Agradezco a Ana P.C., Isabel F.A. y a Juan M.A.F. sus correcciones.
La ilustración de portada es de Ana Peñas, ganadora del VII Catálogo Iberoamerica ilustra. Su serie buscando un sitio retrata un futuro hipotético del barrio valenciano El Cabanyal, invadido por turistas. http://www.anapenyas.es/bio/

En este artículo esbozaré los paralelismos que encuentro entre feminismo y activismo del ciclismo urbano. Los discursos feministas ofrecen un excelente marco desde el que pensar, identificar y politizar la lucha ciclista. A lo largo del artículo veremos cómo los movimientos feministas y ciclistas enfrentan una situación de dominación y de privilegio bastante normalizados en la sociedad. Con la exposición de algunos paralelismos se pretende dotar de una mirada más rica para analizar y combatir el patriarcado y la dictadura del automóvil.

El artículo está dirigido tanto a las personas feministas que no hayan reflexionado mucho sobre el espacio público y la movilidad, así como a personas ciclistas habituales sin conexiones con el feminismo. Me gustaría especialmente que este artículo sirviera para que los hombres ciclistas se acercasen más a las reivindicaciones feministas.

Como hombre cisgénero y blanco, no he sufrido discriminación por motivo de género u orientación sexual y tengo poca o nula experiencia de primera mano. Pido disculpas por las inexactitudes, simplificaciones o errores que cometa en el artículo. No querría que los paralelismos se tomen como una banalización de las desigualdades que sufren las mujeres.

Feminismo y ciclismo urbano

La lucha feminista va encaminada a conseguir una situación de igualdad y equidad reales entre mujeres y hombres. Por tanto, el feminismo no persigue conquistar nuevos derechos para las mujeres (que ya poseen y por eso se reivindican) ni mucho menos quitar derechos a los hombres. El feminismo lo que persigue es la erradicación de las desigualdades por causa del heterosexismo.

Por otro lado, el activismo del ciclismo urbano promueve el uso de la bicicleta como modo de transporte mayoritario en la ciudad, aunque muchos colectivos ciclistas amplían su espectro de lucha centrándose en la movilidad activa (caminar y pedalear) y sostenible, la defensa y potenciación de la red de transporte público y la consecución de espacios públicos de calidad. Podría simplificarse en que muchos colectivos quieren desbancar al vehículo privado a motor de su posición privilegiada en la ciudad y poner el foco en la calidad de vida de las personas.

El uso de la bicicleta aporta beneficios individuales y para el conjunto de la sociedad. Contribuye a crear ciudades más humanas y con mayor calidad de vida, es decir, más tranquilas, silenciosas, sin contaminación, con menos violencia y agresividad vial, con más espacios verdes, con una infancia independiente que pueda jugar y desplazarse sola por la calle, etc.

Presencia de la mujer

Históricamente se ha impedido a las mujeres el acceso a la bicicleta por ser una máquina emancipadora. Actualmente, el 30% de las personas que pedalean a menudo son mujeres y el 86,1% de las personas que no saben ir en bici son mujeres. La bicicleta, vehículo en la emancipación de la mujer

Suele utilizarse el porcentaje de mujeres que van en bicicleta como indicador de la calidad para ir en bici de una ciudad. Una ciudad donde alrededor del 50% de las personas ciclistas son mujeres suele indicar una buena calidad de la infraestructura ciclista y seguridad del tráfico motorizado. Señoras que pedalean – I love bicis

Así como la visibilidad de la mujer en la sociedad es reducida, existiría una equivalencia en el ciclismo urbano, evidencia de que la mujer no disfruta en igualdad del espacio público.

Dominación, privilegios y normalización

Dominación

Tal como abría el artículo, feminismo y ciclismo urbano luchan contra una situación de dominación. En el caso del feminismo contra la dominación de los valores masculinos sobre los femeninos. La lucha ciclista se enfrenta a la tiranía del automóvil. La diferencia interesante en el segundo caso es que el privilegio se adquiere subiéndose a un vehículo motorizado, de tal forma que se independiza en cierta medida del género.

El espacio público es un bien muy escaso que se reparte de forma desigual y se desaprovecha totalmente cuando se destina exclusivamente a los vehículos a motor. El vehículo privado a motor (coche, furgoneta, camión, motocicleta, scooter…) monopoliza el espacio público con carriles para circular y plazas de aparcamiento. Tanto, que alrededor del 80% de la sección de una calle es espacio destinado para los vehículos, quedando las migajas para el resto de usos y para las personas. Arrogance of space Barcelona – Copenhagenize. Arrogance of space Paris Calgary- Copenhagenize.

Arrogancia del espacio París.

Al igual que los hombres blancos de cierta edad copan las “altas” esferas empresariales, universitarias, científicas o  políticas; los conductores son los grandes beneficiados de una movilidad centrada en el vehículo privado a motor. Curiosamente, ninguno desea ver enfrentada su posición de privilegio, llegando incluso a negarla.

Pero no es sólo a través del diseño urbano y el reparto del espacio como se materializa la desigualdad, también se legitima a través de las normas de circulación.

Normalización de la situación

Las normas y reglas de circulación se imponen a toda la población y se han normalizado a pesar de que no siempre fueron como las conocemos. Jaywalking, historia de la invención del crimen de cruzar por lugar indebido

Lo que quizá no sea tan obvio es que cruzar la calle de forma descuidada se convirtió en una infracción de un modo algo artificial, allá por los años 20. […] Hasta la fecha, los peatones habían caminado por donde les apetecía, y las calzadas lo mismo servían para que circulasen paseantes que vendedores empujando sus carros, que jinetes y carreteros. Pero con la irrupción del automóvil en las ciudades, se dispararon los atropellos mortales, y se hizo algo insólito hasta entonces: se decidió que la responsabilidad en caso de atropello no correspondería al conductor, sino al peatón.

En España, sólo el 38% de los desplazamientos se realiza en vehículo privado a motor (coche, motocicleta y ciclomotor). El resto se hacen caminando, en bicicleta o transporte público. Además, gran parte de las personas conductoras podrían fácilmente moverse de forma activa y sostenible, por lo cual habría menos motivos para mantener esta imposición.

Distribución de viajes según medios de transporte. España 2007.
Distribución de viajes según medios de transporte. España 2007.

Se ha normalizado que la prioridad en la ciudad sea para el coche y que se diseñen las calles prevaleciendo los criterios de fluidez del tráfico. Se ha naturalizado que la línea recta sea para el coche y el resto tengamos que dar vueltas y desvíos para llegar a nuestro destino.

A short history of traffic engineering.
A short history of traffic engineering.

Es raro encontrar personas que identifiquen estas normas como perpetuadoras de la dominación del coche, a pesar de tener ejemplos cercanos donde se ha legislado mejor para la bicicleta. En París, por ejemplo, se permite al ciclista pasar en rojo o circular en contra sentido en determinadas situaciones. En Alemania las multas a ciclistas son proporcionales al perjuicio y peligro que suponen para terceras personas.

La aceptación del statu quo está tan enraizada que incluso las personas directamente agraviadas, aquellas que no conducen, suelen salir en defensa del modelo de movilidad centrado en el coche. Una parte numerosa de nuestra sociedad no es consciente en absoluto que su calidad de vida está fuertemente condicionada por este modelo.

El paralelismo que aquí encuentro es el de la invisibilización de la situación y normalización del problema. Vean si no a los hombres que no ven problema con el piropo o las personas que son ciegas a los comportamientos machistas y la desigualdad entre hombres y mujeres en la sociedad. España 2016. Ninguna mujer en la apertura del año judicial

Privilegios

La primera vez que descubrí un paralelismo entre feminismo y activismo ciclista fue cuando algún comentarista se refería a determinada conquista ciclista como una merma para sus derechos como conductor. Se trataba del mismo fenómeno que se repite en los comentarios machirulos: la pérdida de un privilegio referida como la pérdida de un derecho.

Pagar por tener derechos como ciclistas.
Comentario publicado en la página de Actibici.

Las personas que conducen son reacias a reconocer su posición de privilegio. Posiblemente no sean conscientes de que lo son, como muchos hombres. Cualquier disputa de su hegemonía es tomada como un ataque y se lamentan de ser víctimas de una desigualdad. No obstante, al perder sus privilegios generarían un entorno donde otras personas podrían acceder y disfrutar de un espacio público mejor: infancia independiente que va sola al colegio o juega en la calle, aumento de la autonomía de los adolescentes, personas con movilidad reducida que encuentran un entorno menos agresivo y libre de obstáculos, reducción de los atropellos a personas mayores…

Aquí el paralelismo sería entender la pérdida de un privilegio como la pérdida de un derecho. En el caso de conductores cuando se restringe su patente de corso o por parte de los hombres cuando se hacen políticas de cupo o paridad.

A quien le interese la movilidad urbana y cómo se configura el espacio público, le recomiendo encarecidamente cualquier artículo de Marius Navazo en La ciudad viva.

Insultos, piropos y culpabilización

El piropo o Acoso Sexual Callejero (ASC)

Según la especialista Hollu Kearl, se clasifican como acoso sexual callejero “las palabras y acciones no deseadas llevadas adelante por desconocidos en lugares públicos, que están motivadas por el género e invaden el espacio físico y emocional de una persona de manera irrespetuosa, rara, sorprendente, atemorizante o insultante”.  Acoso sexual callejero: Cuando el cuerpo de la mujer es terreno de dominio público – alainet.com

«Algo que parece trivial, no lo es en absoluto. El cuerpo de la mujer es patrimonio del patriarcado y, como tal, parece que hay derecho a invadirlo: se puede mirar, comentar, piropear. […] ¿Por qué alguien tiene derecho a piropear, quién le ha dado permiso para entrar en ese espacio personal e íntimo?» – Sonia Núñez Puente, profesora de Género y Comunicación en la Universidad Rey Juan Carlos.

«Muchas veces hay un intento de incomodar e intimidar, pero se justifica diciendo que es un piropo. Parece, además, que la persona que los recibe tiene que sentirse agradada y agradecerlo. […] La persona que lo hace está en una posición de poder y autoridad» – Virginia Acuña, profesora de la Universidad de Vigo y experta en sociolingüistica y género.

«Lo importante no es preguntarse los límites del piropo (qué está bueno que me digan y qué no), sino la lógica bajo la cual se construye. Una lógica de imposición de un género sobre otro en los espacios públicos» – Francisca Valenzuela, presidenta del Observatorio Contra el Acoso Callejero de Chile.

[…] el Observatorio descubrió que en la mayoría de los casos en los que una mujer no aceptaba el piropo o decía a ese hombre que no le había gustado, ella recibía insistencia, insultos o indiferencia. «Sólo el 1% se disculpa. Esto lleva a una conclusión muy importante: a la persona que dice piropos no le importa en realidad el bienestar del otro o halagarla (ya que eso implica sensación de agrado), sino que se trata de un acto de poder en el cual ciertos varones sienten el derecho de decir algo a una mujer, como si ella debiese obligatoriamente aceptarlo». Piropos: el machismo callejero envuelto en palabras bonitas – Ana Requena Aguiler (eldiario.es)

Salvando las distancias, de igual forma que hay hombres que se creen autorizados a comentar en voz alta el aspecto físico de las mujeres en el espacio público, hay algunas personas que conducen que se consideran con autoridad para decir a las ciclistas cómo deben circular o por dónde. Algunas veces lo visten de consejos “por nuestra seguridad”.

Como ciclista, he recibido comentarios de este tipo. No obstante, yo jamás me he acercado a un conductor a indicarle que conducir emite gases que aceleran el calentamiento global y causan cáncer en la población. Evidentemente, cuando la persona ciclista responde a la persona que conduce ésta suele ponerse agresiva.

En casos infrecuentes la persona ciclista es objeto de gritos o insultos, por el simple hecho de hacer uso del espacio público, llegando en raras ocasiones a la intimidación física y a la agresión (por parte de la persona o por medio del vehículo).

Por lo anterior, pienso que existe un paralelismo entre el piropo y el acoso al ciclista en cuanto a que en ambos casos se trata de un acto de poder. Una vez más, cabe remarcar lo interesante que es que el “poder” sea otorgado por el vehículo.

Culpabilización de la víctima

Una actitud muy habitual a la hora de enfocar la noticia de un accidente de tráfico es buscar a la persona culpable. No es extraño leer en noticias relativas al atropello mortal a una persona ciclista que “el ciclista no llevaba casco” o “el ciclista se saltó un semáforo en rojo”. En el caso de una víctima de violación se suele escribir que “la mujer fue vista en actitud cariñosa con su agresor horas antes”. Este tipo de tratamientos en las noticias buscan culpabilizar a la víctima.

A nadie se le ocurriría en una tertulia sugerir qué errores pudo cometer una víctima de ETA, pero sí parece buena idea plantear en qué se equivocó una mujer que fue violada. Cultura de la violación y la locura – Barbijaputa (eldiario.es)

En el tratamiento de las noticias de atropellos, existe un afán en identificar la responsabilidad individual, obviando cualquier crítica al sistema. Nadie cuestiona si el culpable podría ser un modelo de movilidad centrado en el coche o un diseño viario que permite circular con exceso de velocidad como norma. De igual forma, ante un caso de violación se pretende achacar el acto a un degenerado, pero rara vez en la prensa generalista se denuncia la violencia estructural contra la mujer. Francisco, otro hijo sano del patriarcado – Barbijaputa (eldiario.es). Sí, hombre, sí – Barbijaputa (eldiario.es) 

Encuentro, por tanto, un fuerte paralelismo en el tratamiento informativo de este tipo de noticias que persigue un doble efecto: criminalizar/culpabilizar al individuo y evitar toda crítica de índole social o estructural.

Reflexión final

Con lo anterior, pienso que los hombres ciclistas urbanos estamos en una posición muy favorable para comprender el movimiento feminista y que se abre ante nosotros una oportunidad preciosa para sumarnos a esta lucha e incorporarla a nuestra causa por una movilidad sostenible y activa. El hombre ciclista tiene una oportunidad de primera mano para experimentar lo que es no disfrutar de una situación de privilegio y adquirir referencias y ejemplos cercanos para entender mejor la lucha de las personas feministas. Las mujeres ciclistas podrían utilizar estos paralelismos para explicar a sus compañeros ciclistas aspectos relacionados con el feminismo que les cueste entender de otras formas. También me gustaría que este artículo sirviera para ofrecer a las personas feministas un punto de vista sobre el espacio público y la movilidad en el que quizá no hayan caído.

A lo largo del artículo me he ido dando cuenta de que, aunque a priori la persona agresora en un caso de acoso puede ser hombre o mujer, en la mayoría de casos en los que me he visto en estas situaciones los protagonistas han sido hombres. Es importante remarcarlo porque la violencia la ejercen generalmente hombres. Not all men. Well, actually… – Alicen Grey

Por tanto, cabe preguntarse hasta qué punto el modelo de movilidad centrado en el vehículo privado a motor es un producto del patriarcado.